La jesús, (mi hija), me contó algo que le pasó hoy:
"Estaba en el metro, chateando en mi celular mientras esperaba. Se me acercó un hombre mayor en una silla de ruedas, me preguntó la hora, me miró con cariño y luego me dijo:
Niña, deja el celular, que la vida es un tango..."
Encuentro maravilloso, lleno de generosidad, milagro que hace mirar más allá de la pantalla, que hace levantar la mirada y buscar un horizonte más pleno, mas ancho... eterno.
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