Las posturas van de un lado hacia al otro, centrados generalmente en analizar los derechos del niño y los derechos de la mujer.
Yo quiero proponer una visión diferente, concreta, humana y vital.
Por la acequia en la mañana
navega un barco de papel
salta hojas y cascadas
alguien corre tras de él.
Ese niño no lo he visto
no conozco su mirar
sólo oigo sus pisadas
que retumban al pasar.
Luego llega aquí su madre
sollozando en su interior
no comprendo lo que pasa
busco en ella una razón.
Qué la apena de ese modo
me pregunto más allá,
qué le pasa en su alma
no me logro responder.
Si pudiera preguntarle,
explicarme su dolor
pues no entiendo tanta pena
si ella tiene este amor.
Ese niño que ahora corre
persiguiendo un papel
debe ser su alegría
goce pleno de vivir.
¡Si tuviera yo un hijo
si pudiera concebir
y quedarme a su lado
verlo siempre sonreír!
Veo lo ojos de la madre
que se agacha sobre mí
se refleja su mirada
busca algo en mi interior
alguien que ella ha perdido
que no quiso ver nacer.
Y ese niño que corría
que volaba tras de sí
¿era solo el recuerdo
del que no llegó a vivir?
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