miércoles, 6 de marzo de 2013

Haiku








Un ave pasa.
En la sombra del árbol
se desvanece.*

*mi primer aiku








El haiku forma parte de una familia de formas poéticas japonesas en las que se combinan versos de cinco y siete moras. La forma métrica característica del haiku (un tercetillo cuyos versos tienen 5, 7 y 5 moras, respectivamente) aparece ya en el siglo VIII con el nombre de katauta.3
El haiku describe generalmente los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones y la vida cotidiana de la gente. Su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no el simplismo), la sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y con esta la eternidad.
En la base del haiku hay una percepción directa de las cosas, apegada a lo sensible y libre de conceptos abstractos. Blyth lo define como «una mera nada, pero inolvidablemente significativa».8
Para Vicente Haya, «la palabra humana que se transforma en haiku es la expresión de un silencio profundo y ancestral que es previo y posterior a nuestra existencia como criaturas».9
La piedra angular del haiku es el aware, una emoción profunda provocada por la percepción de la naturaleza. A menudo se trata de una emoción melancólica (el poeta, contagiado por el sufrimiento de los seres, siente su tristeza y de ahí nace su poesía), pero también la alegría exultante puede ser aware. Se trata de una conmoción espiritual, que es a la vez estética y sentimental.
Para que el aware sobreviva a través de las palabras, es preciso que el haijin (el poeta que escribe haiku) se elimine del proceso. En el haiku genuino se produce una comunicación análoga a la no verbal (el haragei, arte de comunicarse sin palabras), sin confusión ni ruido.
(Wikipedia)

Así de simple, así de difícil, y de valioso.
Ahí está el impulso de la vida, eso de mirar el dia con ojos de amor a la vida, de amor a vivir, sin miedo a mirar de frente al dolor, enfrentarlo y subírselo a los hombros, porque ahí va a seguir si no lo llevamos adelante con nosotros. Sin quedarnos ciegos frente a la belleza, si, esa belleza que no está encerrada en la pantalla, ni en la vitrina, sino que está libre afuera de la ventana!!

Escribí la primera parte de esta nota hace varios meses, y lo encabecé con mi primer aiku.

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